Realizar todo tipo de trámites de manera más rápida y eficiente, evitando viajes innecesarios, gastos e interminables papeleos se consigue hoy gracias a la firma digital o electrónica, sistema está por cumplir 16 años en América Latina y ha ejercido un rol estratégico en las empresas y en el desarrollo de la sociedad digital de los diferentes países. Su aparición en la región ha sido gradual, llegando a Chile en 2003.

En la región latinoamericana la legislación ha girado en torno al comercio electrónico y la firma de documentos digitales, certificados electrónicos, etc. que han permitido impulsar la economía digital, ya que tiene la misma validez legal que un documento de puño y letra, entrega seguridad en la realización de gestiones a distancia de toda índole, tales como contratos de trabajo, liquidaciones de sueldo, afiliación a Isapres y AFPs, acuerdos y convenios comerciales, por ejemplo seguros, venta de celulares, aperturas de cuentas corrientes y tarjetas de créditos, entre otros.

La Firma Electrónica Avanzada se usa en Chile desde hace dos años para la creación de empresas en 1 día. Gracias a esto aumentó y transformó a nuestro país en el segundo del mundo en utilizar las herramientas digitales para favorecer el emprendimiento, los negocios y la creación de nuevas empresas.

Se estima que realizar un trámite en papel cuesta aproximadamente 1 dólar ($500) por cada persona involucrada en el proceso. Mientras que utilizar la firma electrónica, dicho trámite en total no superaría los $150 y dado que en promedio participan dos personas, los ahorros por cada trámite son de al menos un 85%. Además, esto tiene como consecuencia un menor uso de papel, de impresión, de almacenamiento y de administración de documentos. Otros beneficios es la mejora en los tiempos de acceso a la búsqueda de información y la garantía la confidencialidad de la información.

Su uso es un paso adelante para potenciar la gestión documental, agilizar la gestión de procesos gracias a la validación en línea de documentos y aumentar la eficiencia y productividad de empresas y el Estado. Para la ciudadanía y el medio ambiente también es un avance. Los trámites se tornan más simples, con menos traslados y contribuye a la sustentabilidad del planeta, ya que gracias al menor uso de papel la tala de árboles disminuye sustantivamente.